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abordaje de la fractura de cadera

Abordaje de la fractura de cadera

abordaje de la fractura de cadera

Abordaje de la Fractura de Cadera: Diagnóstico, Tratamiento y Rehabilitación

La fractura de cadera en personas mayores es una lesión ósea es común debido a la pérdida de densidad ósea. Aunque no es exclusiva a los mayores de 65 años. Según explicó el traumatólogo Sebastián Grin (M.P. 5249), también puede presentarse en pacientes jóvenes como consecuencia de accidentes viales o caídas desde gran altura. Por lo tanto hay que cambiar el abordaje de la fractura de cadera dependiendo de la edad del afectado. Algo que conocemos muy bien en Centro Residencial Monseñor Parra Grossi, su residencia de mayores en Ronda.

Esta patología está estrechamente vinculada a la osteoporosis en adultos mayores, lo que debilita los huesos y los hace más propensos a fracturarse ante mínimos traumatismos domésticos. En contraste, en personas jóvenes, la causa suele ser traumática, y eso influye directamente en la estrategia de tratamiento adoptada por los especialistas.

El abordaje quirúrgico de la fractura de cadera varía según la edad del paciente, priorizando en adultos mayores la colocación de una prótesis —cementada o bipolar— para una recuperación funcional más rápida. En pacientes jóvenes, en cambio, se busca preservar la articulación mediante clavos con tornillos, reservando la prótesis para etapas posteriores de la vida.

Síntomas y Diagnóstico

La fractura de cadera es una lesión grave que provoca signos clínicos característicos. Que son esenciales para el abordaje de la fractura de cadera. Los síntomas más comunes incluyen:

  1. Dolor intenso en la ingle o cadera, que empeora al intentar mover la pierna o apoyar el peso sobre ella.
  2. Edema e inflamación en la zona afectada debido a la acumulación de líquido por la lesión.
  3. Acortamiento y rotación externa de la pierna (el pie gira hacia afuera), un signo clásico que ayuda al diagnóstico.

Además, el paciente suele presentar incapacidad para caminar o mantenerse de pie, lo que obliga a una evaluación médica inmediata. En adultos mayores, estos síntomas pueden aparecer incluso tras caídas leves debido a la fragilidad ósea por osteoporosis. Y es uno de los motivos por los que las personas mayores ingresan en una residencia de mayores.

El diagnóstico se complementa con estudios de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, que permiten confirmar la localización y gravedad de la fractura. En adultos mayores, la evaluación también incluye un análisis del estado óseo para detectar osteoporosis, factor que influye en la elección del tratamiento. En pacientes jóvenes, en cambio, el enfoque se centra en evaluar posibles lesiones asociadas debido al alto impacto del trauma.

Abordaje Quirúrgico de la Fractura de Cadera

El tratamiento varía según la edad y condición del paciente. En adultos mayores, la prótesis —cementada o bipolar— es la opción preferida, ya que permite una movilización temprana. «A las 24 horas, el paciente puede caminar con andador y recibir el alta», destacó Grin. En jóvenes, se opta por osteosíntesis con clavos y tornillos para preservar la articulación, reservando la prótesis para casos de mayor complejidad o en etapas posteriores de la vida.

Dentro del abordaje de la fractura de cadera, la elección del tipo de prótesis depende de factores como la edad y la longevidad esperada. En pacientes mayores, se utiliza la prótesis bipolar (que reemplaza solo el fémur), mientras que en personas con mayor expectativa de vida se coloca una prótesis total para mejorar la flexibilidad y calidad de vida. Además, el costo influye en la decisión, siendo las prótesis modulares y las de polietileno-cerámica las más utilizadas por su durabilidad.

Rehabilitación y Pronóstico

La rehabilitación ha evolucionado significativamente en los últimos años gracias a técnicas avanzadas de kinesiología, hidroterapia y gimnasia especializada. Según Sebastián Grin, «hoy, el paciente puede retomar una vida normal en un promedio de dos meses post cirugía». La recuperación temprana es crucial, especialmente en adultos mayores, para evitar complicaciones como trombosis o neumonías por inmovilidad prolongada.

El especialista concluyó que la cirugía es la mejor opción para mejorar la evolución de esta fractura, dado el dolor incapacitante que genera. «Operar no solo alivia el sufrimiento, sino que también restablece la funcionalidad y calidad de vida del paciente en el menor tiempo posible», afirmó. Con un abordaje de la fractura de cadera de manera multidisciplinar, los resultados son cada vez más alentadores.

Conclusión

La fractura de cadera es una lesión con implicaciones clínicas y funcionales significativas. Por lo tanto, el abordaje de la fractura de cadera debe adaptarse según la edad, condición del paciente y mecanismo de lesión. En adultos mayores, suele asociarse a osteoporosis y requiere una intervención quirúrgica temprana con prótesis (cementada o bipolar) para permitir una recuperación funcional rápida y reducir complicaciones. En pacientes jóvenes, en cambio, el enfoque prioriza la preservación articular mediante osteosíntesis, reservando la prótesis para casos complejos o futuras intervenciones.

El diagnóstico oportuno, basado en síntomas como dolor intenso, edema, rotación externa de la pierna e incapacidad para deambular, junto con estudios de imagen, es fundamental para definir la estrategia terapéutica. Además, la elección del tipo de prótesis debe considerar factores como la longevidad del paciente, la movilidad esperada y aspectos económicos, optando por modelos duraderos como las prótesis modulares o de polietileno-cerámica.

Finalmente, la rehabilitación en el abordaje de la fractura de cadera juega un papel crucial en la recuperación. Con técnicas avanzadas que permiten a los pacientes reintegrarse a sus actividades en un plazo aproximado de dos meses. La cirugía, acompañada de un manejo multidisciplinario, sigue siendo la mejor opción para mejorar la calidad de vida y reducir el impacto incapacitante de esta fractura. En conclusión, un tratamiento personalizado, una intervención quirúrgica adecuada y una rehabilitación temprana son pilares esenciales para optimizar los resultados en estos pacientes.